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Estimada Cristina
Quisiera agradecerle sus artículos semanales. Los encuentro muy útiles para mi búsqueda laboral.
Tengo una pregunta que espero que pueda responderme. Soy un reconocido Director de Ventas de un hotel 5 estrellas. Hace un año y medio, otra empresa me ofreció contratarme; incluso con mucho mejor salario, lo cual acepté.
Al renunciar a mi empleo, mi empleador me ofreció igualar el otro salario. Creo que esto se debió, en parte, a que el gerente general de mi hotel renunció el mismo día que yo.
Contacté al gerente de recursos humanos, quien me efectuó la oferta laboral, y le expliqué mi situación. Me sentí obligado a quedarme por lealtad, para evitarle inconvenientes a la empresa al perder a sus dos gerentes más importantes en la misma semana.
A través de un amigo que trabaja en el equipo de aquel gerente de recursos humanos, me enteré de que arruiné la posibilidad de trabajar para la empresa, en el futuro. Esta empresa (la que rechazé) acaba de publicar un aviso para un cargo de director de ventas, para el cual soy perfecto. Mi pregunta es la siguiente: ¿Cómo hago para demostrar que esta vez sí me interesa?
Mi respuesta:
Imagine por un momento que conoció a una mujer maravillosa y que tuvieron un idilio arrollador durante varios meses. Se da cuenta de que quiere comprometerse con ella: tiene los valores, los objetivos y los sueños de la persona con la quiere pasar su vida.
Decide proponerle casamiento. ¡Ella acepta! Están los dos encantadísimos, salvo que ella acaba de terminar una relación larga con su novio. Cuando su novio se entera de que ella se compromete con otro hombre, se vuelve loco y le propone casamiento en el momento. Le promete todas las cosas que sabe que ella quiere. Resulta que su ex novio no era un hombre malo —de hecho, ella lo quería—, pero parecía que él no podía dar ese último paso y comprometerse. El riesgo de perderla fue lo que necesitó para atravesar el umbral del compromiso.
Ahora ella está confundida. Conoce a la familia de su ex novio, tienen amigos en común y disfrutaban estando juntos. No era un hombre malo… solo que no tenía todo lo que ella quería. Por eso, se enamoró de usted.
Peor aún es que se entera de que a la madre de él le diagnosticaron una terrible enfermedad. Su antiguo novio la necesita. Su madre la necesita. Está en un gran dilema: no sabe a quién escoger. Decide decir “no” a su propuesta de matrimonio y volver con su antiguo novio y casarse.
Pasan los años, su madre se recupera, pero, ¡ay!, su matrimonio no es lo que pensó que sería. Algunos de los viejos problemas vuelven a surgir. Ella quiere algo más. Lo llama a usted y le dice que quiere divorciarse y volver a verlo.
Creo que Ud. imagina cómo termina la historia!
Aquel gerente de recursos humanos invirtió mucho tiempo y esfuerzo en intentar llevarlo a su empresa. Si bien es noble de su parte haber sentido lealtad por su antigua empresa, dudo que el gerente de recursos humanos le perdone “haberlo dejado en el altar”.
Sugiero que siga adelante y busque otras oportunidades. Si su empleador actual no le proporciona una trayectoria profesional que usted desea seguir, converse con su gerente al respecto.
Sin embargo, no le sugiero que busque empleo con la esperanza de que su empleador actual le haga otra contraoferta.
Es probable que sean muy conscientes de que encontrará otra oportunidad, ya que intentó dejarlos una vez.
La próxima vez que le hagan una oferta, tenga la sabiduría de aceptarla!!
Excelente!!! muchas gracias por compartirlo.
Muy buen articulo…
En mi caso particular siempre tuve la misma inquietud… ¿Porque tendría que aceptar una contraoferta?
Si en el tiempo que estuve en la empresa no me ofrecieron nada y lo que necesite tuve que ir a buscarlo afuera.
Aunque debo reconocer, que si se fuera alguien de mi equipo y yo tuviera que hacer la contraoferta, no dudaría en hacerlo.
Creo que es una mas de las disyuntivas que se nos presentan en el día a día.
Abrazo!
Cristina
Nunca una metáfora como esta ha sido tan oportuna y clara para responder a nuestro colega
Simplemente BRILLANTE su aporte
Gracias
es una excelente metafora, gracias por compartir.
Muy buena analogia!
A diferencia de lo que ocurre en mi trabajo diario ( inmobiliario) es claro comprender que, en la relacion laboral entre empleador y empleado -aunque sea a nivel ejecutivo- las “contraofertas” no son aconsejables.
Buena nota !
Cristina magnífico artículo !! Muchas Gracias por compartir !!
Impecable…muchas gracias !!!
NADA MEJOR EXPRESADO EN OTRO ASPECTO DEL INDIVIDUO. POR EXPERIENCIA PROPIA, HAY VECES QUE HAY QUE ASUMIR RIESGOS Y PENSAR EN LO MEJOR PARA UNO, PARA PODER OFRECER LO MEJOR PARA LOS DEMAS. GRACIAS POR COMPARTIR TAN CLARAMENTE CONCEPTOS TAN OBVIOS QUE LAS EMOCIONES NO NOS DEJA TOMAR LA DESICION MAS APROPIADA.
Cristina exelente ejemplo, si las mejoras estaban disponibles de nada sirven aceptarlas como contraoferta. De igual manera si no estamos seguros de hacer el cambio mejor no avanzar.
Muy buen ejemplo, al que le agregaría algo mas………si ademas de lealtad hubo “miedo” al cambio ?? y opto por quedarse en su sitio de confort
Que buena reflexion!
vale la pena compartirla…
una eterna disyuntiva….Quien no la ha pasado?
Cada dia mejor su blog…
Excelente nota!!! cuantas veces desde nuestro lugar de selector/a nos ha tocado escuchar/vivir esta duda…. Gracias por compartir tan claro ejemplo.
Para aquellos que están en la búsqueda laboral, no olviden ingresar en nuestro site y ver las posibilidades que la consultora está procesando!
Estimada Paula, cuál es el sitio web?. Saludos y muchas gracias!
Evangelina: Busca cristina mejias en Google y te aparecen todos los sites .El de las busquedas se llama Banco de Talentos y lo encontras en http://www.cristinamejias.com
Ojala te sirva…saludos
Esta nota me pareció excelente.
Yo aprendí que en lo que a cambios laborales se refiere, salvo casos excepcionales, cuando tomamos una decisión, es mejor no volverse atrás. A mí me pasó algo similar a lo del gerente del hotel. ¿Qué haría yo la próxima vez? Tendría un plan, y lo seguiría.
Por ejemplo: ¿Qué es lo que deseo yo en mi trabajo actual, y no tengo? ¿Qué cosas de aquellas que me faltan deberían ofrecerme dónde estoy, para que me quede? Supongamos que lo único que deseo yo es más dinero: por ejemplo, el doble de lo que gano. Entonces, si llegado el caso me duplican el sueldo donde estoy, ¿igual me quedaré? Digo esto porque si simplemente no hay un motivo específico, y solamente quiero irme porque sí, porque quiero un cambio, entonces quedarme solamente por lealtad, me puede salir mal. Porque la lealtad, en el trabajo, no me garantizará estabilidad laboral.
Cuando yo le hablé de lealtad a mi primer jefe, al comentarle que me había surgido una oferta mucho mejor, me dijo en confianza: “Podemos mejorarte el sueldo para que te quedes. Pero igual vos tenés que elegir lo que más te convenga a VOS, porque cada uno es su propio jefe”.
Y creo que lo que me dijo es cierto porque a mí, cuando quise aplicar la lealtad, no me sirvió de mucho. Varias veces tuve la opción de una mejor oportunidad, pero me quedé donde estaba por leal (¿o porque me gustaba mi zona de confort?). Más adelante, la actividad de mi rama bajó, y mis jefes a quienes yo siempre les había sido “leal”, se fueron. Resultado: nuevos jefes llegaron, y con o sin lealtad, en una época de recesión, la lealtad no me salvó del despido.
¡Saludos! 🙂
Siempre, o casi siempre, estoy de acuerdo con Cristina. Diría que tenemos el mismo enfoque en estos temas.
Pero, esta vez quiero discrepar en un punto. En el caso que ella comenta están involucrados los sentimientos y las emociones. Implica la vida y nuestras relaciones más profundas. No dormimos con la empresa. La planificación de nuestra vida es pura y exclusiva responsabilidad nuestra. La de la empresa está relacionada con la mejor manera de ganar dinero. Lo comprobable es que cuando deciden desvincular a una persona, sea quien fuere, lo hacen sin medir el impacto que tiene perder el empleo para el caso.
Abortar la posibilidad de ser aceptado de nuevo en ese empleo, sin intentarlo?
Entiendo que la posibilidad de ser comprendido por el gerente de recursos humanos es factible. De hecho, recuerdo ejemplos.
¿Por qué no probar?
Interesante perspectiva, Sra Cassano.
Lo que me parece maravilloso es que DOS GRANDES consultoras como son Uds, puedan dialogar y hasta discrepar ( simbolo de profunda inteligencia)
para beneficio de los lectores
Aplausos
Juan Iturbe
Gracias Gloria !
Un honor recibir tu comentario…
Tenes razon, siempre hay una forma alternativa…Solo me quise referir a la generalidad de los casos….Te invito a seguir comentando ENRRIQUECE mi blog!
saludos
Si bien el ej es malo ya q involucra se cimientos. Mientras q lo único q me preocupa de aceptar o no la oferta es la inflación. Q nuevamente empieza a tallar en muestras decisiones. Coincido con Cristina: siempre hay q irse aunque en el actual mejoren, no so igualen, el salario del nuevo empleo.
¡Muy bueno todo! Aprendí mucho con la consulta, con la respuesta de Cristina y con todas las intervenciones.